La premisa era clara: ganar espacio en la zona de día con la mínima intervención posible. La propuesta fue eliminar el pasillo que unía las dos zonas de habitaciones, lo cuál no sólo amplía el salón-comedor, sino que además integra mucho mejor la cocina, que permanece en el mismo lugar, pero ahora gracias a los paneles correderos se puede abrir o cerrar según el momento del día o el mood. ¡Nos encanta la versatilidad! Para darle protagonismo cuando está abierta, apostamos por una imitación piedra en la encimera y frontal de la cocina que imprime personalidad.