Una casa que se amplía, para una familia que crece. Con esta intención, la intervención principal del proyecto fue unir dos plantas con una escalera interna. Una escalera-reto, por la forma de la casa, estrecha y alargada. Por eso la creamos en forma de U, para que ocupase el mínimo espacio. Una escalera dividida en dos tramos: el primero es de obra, y el segundo metálico, para que fuese más ligero y fácil de colocar.

Y para soportarla, los techos se refuerzan con una viga central que atraviesa todo el espacio. Y en la misma línea, creamos unos estantes que ayudan a darle continuidad visual y la llenan de contenido. ¡La casa se vive de punta a punta!

La gama cromática es en tonos marrones, tierra y crema, marcada por los techos vistos (madera, tocho, blanco), que contrasta con los toques vivos del mobiliario, como el sofá mostaza o las sillas y lámparas de la cocina en rojo. Objetivo cumplido. La casa ahora tiene más espacio, y es más cómoda para todos, y los cuadros de esta familia amante del arte encajan y lucen en el espacio a la perfección ¿No te parece?